Crítica de El Hoyo: nada brilla en la película de Gaztelu-Urrutia

Crítica |por Ulises Lazarte|

El Hoyo es una película española dirigida por Galder Gaztelu-Urrutia que narra básicamente la crisis que vive el personaje llamado Goreng en una especie de cárcel o lugar penitenciario distópico que tiene una estructura piramidal. En este contexto los que habitan en los niveles superiores gozan de mayores privilegios y tienen acceso al banquete a la hora de comer. Los que están en los niveles inferiores no comen otra cosa que sobras, y para los que están aún más abajo directamente no llega ningún tipo de alimento.

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La película es exageradamente pretenciosa, obvia, lineal y grosera en algunos aspectos. Se denota que está articulada para espectadores sin uso de la razón analítica profunda de un film. Es decir, en todo momento se muestra exageradamente que la película habla metafóricamente de un conflicto de clases pero el guión es tan lineal como su diseño de producción. En otras palabras, es obvio que la estructura de ese lugar llamado El Hoyo implica una división entre ricos y pobres. En primer lugar utiliza de forma grosera el concepto de la estructura piramidal, lo cual nos dice literalmente y sin proponernos otro punto de vista analítico que los de arriba son los ricos y los de abajo los marginados. Digo piramidal y no vertical porque los primeros niveles representan la punta de la pirámide. El estrato más alto aparece como un imposible. Siempre se parte de la base y es difícil escalar hasta la punta. En ningún momento propone otro nivel de análisis, por lo que esa metáfora queda diluida desde el primer momento en que empieza la película. El hecho de que se entienda desde el primer minuto hace que el film se torne aburrido, repetitivo y tedioso.

Veamos un ejemplo: en Parasite, de Bong Joon-Ho, aparece bien lograda la metáfora del conflicto de clases. La casa de los Kim está literalmente en un semisótano, y sin analizarlo en profundidad no es un lugar para marginados. Es decir, si uno no lo interpreta metafóricamente simplemente los Kim viven en ese lugar. En cambio, la casa de los Park se ubica en calles más arriba, como si fuera en una colina. La distribución muestra muchas escaleras dentro de la casa, dando un mensaje sobre el nivel económico de la segunda familia.

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Esto quiere decir que no hay necesidad de utilizar la estructura piramidal que vemos en El Hoyo. La situación no tiene lugar de análisis porque el significado metafórico está explícito. En cambio, si el espacio se presenta como un lugar aparentemente cotidiano y con distribuciones sutiles, pero al mismo tiempo está repleto de segundas lecturas, se da un abanico enorme de puntos de vista desde donde analizarlo. Quizás se requiera una revisión de la película, en el caso de Parasite, para entender ese espacio como la real división de clases. Una mirada más atenta no es un problema. Al contrario, en El Hoyo, al arruinar la metáfora se echa tierra sobre toda la narración.

Independientemente de lo burdo y lineal que está estructurado el espacio, los personajes tienen mucha pobreza narrativa. Están muy poco desarrollados desde el punto de vista interno al igual que la relación entre ellos. Además, todos los personajes son malvados: como si los ricos fueran culpables de ser ricos y los pobres culpables de ser pobres; lo cual es un recurso muy banal y repetitivo porque no se caracteriza a ningún personaje de otra forma. Todos son iguales. Por momentos se entendía que el personaje de Goreng era Don Quijote (libro que lee) y necesitaba un Sancho Panza (el cual aparece recién en el tercer acto). El conflicto está muy poco desarrollado y puede decirse que ni siquiera existe uno. Quizás recién en el tercer acto pero no se entiende si es externo o interno. Está ahí meciéndose entre ambos sin dirección clara.

En síntesis, El Hoyo es un film bastante pretencioso, repetitivo y sumamente obvio. Hace pensar que no confía en la capacidad de análisis del espectador y sirve las metáforas en bandeja de manera muy lineal. No ofrece la capacidad de establecer un análisis desde diversos puntos de vista. La película no es ambigua: plantea algo y es esquemática. Hasta nos esclaviza con su falta de capacidad para narrar algo metafórico.

 

*El autor es estudiante de Dirección Cinematográfica en la Universidad del Cine (FUC).